Cada paciente es tratado por el mismo odontólogo de forma directa a lo largo de toda su historia clínica, lo que garantiza un perfecto e inmediato conocimiento de las necesidades puntuales que puedan surgir. Ello, sin duda, forja una relación de confianza y proximidad entre odontólogo y paciente, que asegura una base sólida, necesaria para el buen desarrollo del tratamiento.